17. La casa.

 La casa tiene que sentirse casa.

Tiene que ser el lugar donde te sientes tú mismo. Que llenas los floreros con margaritas y que la luz del sol entra a iluminar todos tus rincones.

La casa requiere trabajo. Requiere limpieza y mantenimiento. Requiere fijarnos constantemente en la casa y ver si todo está en orden. A veces las cosas no lo están, a veces ordenar puede esperar a que estemos más descansados, pero eventualmente se debe hacer.

La casa es el lugar seguro. No significa que siempre sea seguro, muchas cosas pueden pasar en la casa, pero aún así se debe estar en confianza de que si algo sucede, se puede salir adelante.

La casa tiene secretos. Escondites, rincones, cajitas con doble propósito. Los secretos son entre la casa y la persona. En cada habitación. Los secretos pueden ser recuerdos también, que uno comparte sólo con la casa, con el cuarto, con el recuerdo mismo.

La casa es un lugar personal, privado. Uno puede invitar a quien se le da la gana y dejarle quedarse el tiempo que quiera, pero debe ser claro que la casa no es suya, que el tiempo es contado, y que deberá dejar la casa en el momento que se indique.

La casa es como el corazón propio. Uno decide si quedarse en la casa sólo, o si salir a conocer las otras casas.

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